Ver un iPhone 3GS por Barcelona empieza a ser un fenómeno paranormal. Estoy recibiendo quejas de lectores y amigos sobre lo difícil que es conseguir uno. Ni por puntos, porque el sistema de reservas permite que caduquen los puntos antes de que te hayan dado el teléfono.
Como el tema lo he vivido en carne propia, doy fe de que no es tarea fácil, gracias al estupendo sistema de distribución que ha montado Telefónica y que prima sus propias tiendas sobre licenciatarios y demás. Tres meses después del lanzamiento, hay sitios que no lo han llegado ni a ver. Y algunas son de largas colas. Esta mañana, por ejemplo, no había ninguno en varios establecimientos del centro de Barcelona y llevaban así todo el mes de agosto. Y la respuesta de los vendedores era uno de aquellos "Uyyyyy...." que auguran una laaarrrgaaa espera.
El caso es que si llega alguno, se va a primero a las tiendas centrales de cada ciudad. O a plaza Catalunya --que también los reciben con cuentagotas-- o a la Gran Via madrileña, la única tienda española que nunca deja de estar surtida, y donde se acaban al mismo ritmo que llegan. Al resto, ni una caja.
Telefónca sostenía antes del lanzamiento que ya había aprendido la lección del primer iPhone 3G --algún ejecutivo pensó que no triunfaría tanto-- y que pasaron un pedido suficientemente abultado a Apple. En esta ocasión, tanto fabricante como operadora señalan que ha habido suficiente estoc y atribuyen a otra vez a la demanda que el teléfono no llegue criar polvo en las tiendas. ¿Pero solo es la demanda, o es que alguien se pone a repartir directamente mal? ¿O es que solo sabemos sumar en la factura?
Como el tema lo he vivido en carne propia, doy fe de que no es tarea fácil, gracias al estupendo sistema de distribución que ha montado Telefónica y que prima sus propias tiendas sobre licenciatarios y demás. Tres meses después del lanzamiento, hay sitios que no lo han llegado ni a ver. Y algunas son de largas colas. Esta mañana, por ejemplo, no había ninguno en varios establecimientos del centro de Barcelona y llevaban así todo el mes de agosto. Y la respuesta de los vendedores era uno de aquellos "Uyyyyy...." que auguran una laaarrrgaaa espera.
El caso es que si llega alguno, se va a primero a las tiendas centrales de cada ciudad. O a plaza Catalunya --que también los reciben con cuentagotas-- o a la Gran Via madrileña, la única tienda española que nunca deja de estar surtida, y donde se acaban al mismo ritmo que llegan. Al resto, ni una caja.
Telefónca sostenía antes del lanzamiento que ya había aprendido la lección del primer iPhone 3G --algún ejecutivo pensó que no triunfaría tanto-- y que pasaron un pedido suficientemente abultado a Apple. En esta ocasión, tanto fabricante como operadora señalan que ha habido suficiente estoc y atribuyen a otra vez a la demanda que el teléfono no llegue criar polvo en las tiendas. ¿Pero solo es la demanda, o es que alguien se pone a repartir directamente mal? ¿O es que solo sabemos sumar en la factura?
